La ejemplaridad al volante como forma de minimizar los riesgos al manejar vehículos

Se trata de una cuestión fundamental para aprovechar al máximo las ventajas de tener un vehículo.

El fin de semana suele ser una jornada de distención para las personas honestas que trabajan y de reencuentro y convivencia para las familias, que suspenden momentáneamente el flujo constante de trabajo en los adultos y de estudio en los más pequeños, con la finalidad de darse un merecido descanso y de pasar dos lindos días en familia, haciendo entre todos las actividades que más les gusta hacer, entre ellas ir de paseo o salir a distintos lugares, muchas veces haciendo uso de distintos vehículos como lo son el automóvil y la motocicleta, los mismos que sirven en la semana, es decir en los llamados “días hábiles”, en el tiempo productivo, para realizar los menesteres que llevan a la mesa, cada día el pan, pero esta vez para actividades recreativas y ociosas que sirven para renovar las energías de cara a un nuevo ciclo productivo semanal. En efecto, para eso también sirven los vehículos.

Más medidas de seguridad para nuestros vecinos

Lanús lanza un sistema piloto gratuito el cual permite que los vecinos ingresen con su auto, más seguros y tranquilos a su garaje. “La seguridad de nuestros vecinos es muy importante para nosotros, por eso trabajamos el día a día para mejorarla” expresó, Diego Kravetz.

Los autos y las motos pueden ser insumo de mucha alegría y satisfacción cuando se los emplea para fines como los que aquí se describen, los cuales están dentro de los parámetros de una ciudadanía plena y en control de sus posibilidades y medios de gratificación. Es importante que, para que este potencial de nuestros vehículos sea aprovechado al máximo, los conductores sean promotores incansables de lo que podríamos llamar “un uso ejemplar” de estos medios de transporte. El uso ejemplar contempla varias cuestiones: la primera es la seguridad propia, del conductor, que debe ser preservada de las maneras más rigurosas posibles, como son el uso del cinturón y el cuidado de las normas de tránsito.

En segunda instancia se encuentra la protección de los pasajeros, es decir de aquellas personas a bordo del vehículo que uno conduce, muchas veces los propios familiares o afectos personales, algunas veces niños pequeños que deben viajar siempre atrás y en caso de precisarlo ya sea por su corta edad o su reducido tamaño deben ir con sistemas de retención infantil como lo son la sillita o el huevito. Pero también hay que cuidar de la integridad de los otros conductores. Esto sería un tercer nivel.

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