Las habilidades de los conductores que ayudan a minimizar accidentes
Manejar con la cabeza despejada y capacitada para la concentración es clave para prevenir accidentes.
Una persona que maneja un vehículo está asumiendo una importante responsabilidad y realizando una tarea que, a pesar de estar muy naturalizada y resultarle simple a la mayoría de los conductores, exige la puesta en uso de muchas capacidades distintas así como de recursos motrices y cognitivos que son constantemente empleados por los conductores en tareas varias que se realizan prácticamente sin pensarlo y que pueden volverse decisivas en cuestión de segundos. Todo eso requiere que el que lleva a cabo esas múltiples actividades se encuentre en las mejores condiciones tanto físicas y motrices como conductuales y psicológicas.
En cuanto a lo físico motriz es sumamente importante que los conductores estén, ante todo, bien dormidos. Un descanso de 8 horas no solamente es bueno para la vida diurna normal sino también para la conducción de un vehículo, que es en definitiva parte de la vida diurna normal. El buen descanso mejora los reflejos y la capacidad de atención. Estar bien despierto y descansado al volante es clave para minimizar riesgos. También se recomienda no recurrir a estimulantes como el café, que afectan tanto a la percepción como a la motricidad. Ni hablar de que no se debe tomar alcohol y consumir drogas.
La buena alimentación también es recomendable ya que mejora la capacidad de utilizar el cuerpo y evita malestares físicos, especialmente estomacales y dolores de cabeza que afectan el buen manejo de un auto o una moto.
Finalmente se recomienda asumir la conducción en el mayor estado posible de relajación, para lo cual se deben evitar situaciones estresantes. Es muy común que las personas descarguen a agresividad contenida en su vida diaria precisamente en la calle, donde abundan los maltratos entre conductores y otro tipo de comportamientos violentos. No es bueno descargar la agresividad en el auto o en la moto, especialmente cuando es probable que el conductor contra el cual descargamos nuestra ira esté buscando también un prójimo sobre el cual descargar la propia.
